Jaime Rosario
Militantes PSPV-PSOE Sant Vicent del Raspeig
Esta semana hace 40 años que tuvo lugar el tan frecuentemente nombrado Congreso de Suresnes. Fue el último congreso en el exilio que celebró el PSOE en la localidad francesa de Suresnes, entre el 11 y el 13 de octubre de 1974.
En esa época mis contactos socialistas eran todos clandestinos y con sumo cuidado para evitar que se nos vinculara a unos con otros. Eran años de represión y persecución aunque, a veces minimamente tolerada.
Hoy, cuarenta años después, quizás resulte complicado de entender y a muchos les pueda sonar a historietas del pasado. Posiblemente, no será fácil ahora de entender por aquellos que no lo hayan vivido y sentido. Por ello seria bueno hacer un poco de ejercicio de memoria y, aunque sea someramente, recordar aquel ambiente para explicarse lo que llegó después de ese memorable Congreso del Partido Socialista Obrero Español. Por eso, vamos intentar recuperar ese contexto, social, localizado y global, en que comienza esta historia contemporánea de nuestra realidad socio política.
Cuando en el año 1977 en nuestro país se comienza a construir un sistema político democrático (Elecciones Generales Constituyentes del 15 de Junio), no se produce una “génesis milagrosa”. Esa situación es producto de una larga evolución social y política que tiene un contexto, una historia y unos protagonistas que no eran conscientes, ni siquiera, de su propio protagonismo.
ANTECEDENTES
Durante y después de la Guerra Civil española, se produjeron años de represión, de silencio y sufrimiento, de “borrarnos” nuestra realidad y nuestra memoria colectiva. Casi cuarenta años de dictadura franquista, de nacional-catolicismo, dejaron una impronta de profunda ignorancia política, de represión de las ideas y, por ende, de desconocimiento dentro de nuestro país y una diáspora para muchos socialistas que se vieron forzados al exilio.
Como todos saben la rebelión militar y fascistoide contra la Republica se produce en 1936 y consigue triunfar en 1939. A partir de ahí transcurren muchos años en los que los demócratas de nuestro país se ven obligados a exiliarse, se les extingue, o se les reprime para obligarlos a “eclipsarse” para poder sobrevivir.
Tomás Centeno fue presidente del la Unión General de Trabajadores y formaba parte de la ejecutiva del Partido Socialista Obrero Español en la clandestinidad, cuando fue detenido por la Brigada Político-Social en 1953. La prensa de la época lo calificó como «un peligroso miembro de una banda de forajidos”. Murió víctima de las torturas a las que fue sometido en los sótanos de la Dirección General de Seguridad, situada en la Puerta del Sol en Madrid.
Tras el asesinato de Tomás Centeno, las direcciones ejecutivas del Partido Socialista y de la UGT del interior vieron sensiblemente disminuidas sus capacidades, debido a la fuerte persecución y represión policial a la que eran sometidos. Entre 1939 y 1953 fueron desarticuladas por la policía franquista hasta siete direcciones del PSOE, además de la dirección de UGT que cayó con la detención de Centeno. Tanto el partido como el sindicato se vieron entonces reducidos a células inconexas de militantes sin ninguna posibilidad de ejercer su acción política sobre la sociedad en el interior del país.
En el contexto internacional la II Guerra mundial, dirimida entre los autoritarismo y las democracias; la Guerra Fría, entre las potencias dominantes del Este y el Oeste; el Pacto Social en Europa para poder superar los traumas de esa convulsa época; contribuyen a poder explicarse cómo pudo permanecer el franquismo en España durante tantos años.
Pero, con el trascurso del tiempo, esa realidad social va cambiando y produce que las nuevas generaciones de españoles comiencen a cuestionarse de dónde veníamos, porque estábamos en esta situación y si eso era lo deseable.
Para poder entenderlo, necesariamente, tendremos que contextualizar lo que ocurría en el entorno mundial, para comprender en donde nos movíamos en nuestro entorno inmediato y poder recuperar nuestra propia historia y nuestro renacer democrático.
Vamos, pues, a señalar algunas cuestiones y hechos que ocurrieron en las décadas de los sesenta y setenta, para poder intentar comprender como pudo renacer la esperanza democrática en nuestro país y, por ende, como pudo resurgir la democracia y nuestro partido.
HECHOS PROBADOS
A grandes rasgos, los hechos que se reflejan a continuación pueden dar idea del intensivo cursillo de aprendizaje acelerado que los jóvenes de entonces tuvimos que hacer.
.- El Contubernio de Múnich fue un término acuñado por el diario Arriba, con el que el régimen franquista pretendió ridiculizar el IV Congreso del Movimiento Europeo, celebrado en la capital bávara entre el 5 y el 8 de junio de 1962, en plena oleada de huelgas mineras en Asturias, y tras un primer y fallido intento español de ingresar en la Comunidad Económica Europea. Participaron en él mismo 118 políticos españoles de todas las tendencias opositoras al régimen franquista (excepto el PCE), tanto del interior como del exilio (38 eran exiliados) reunidos bajo la alta autoridad moral de Salvador de Madariaga.
.- El asesinato de John F. Kennedy, trigésimo quinto Presidente de los Estados Unidos, tuvo lugar el viernes 22 de noviembre de 1963, en Dallas, Texas (Estados Unidos) y pudo verse en directo a nivel mundial gracias a la televisión. Kennedy recibió dos disparos, el segundo de los cuales le impactó en la cabeza, mientras circulaba en el coche presidencial descapotable en la Plaza Dealey a una velocidad de 15 kilómetros por hora. Fue el cuarto presidente de EE. UU. asesinado (tras Abraham Lincoln, James Garfield y William McKinley). La lucha por los derechos civiles y los discursos de John y Boby Kennedy dejaron profunda huella en la juventud de gran parte del mundo.
.- Se conoce como Mayo francés o Mayo del 68 la cadena de protestas y rebelión social que se produjeron en Francia y especialmente en París durante mayo y junio de 1968. Esta serie de protestas fue iniciada por grupos estudiantiles de izquierdas contrarios a la sociedad de consumo y de rechazo de los valores capitalistas, a los que se unieron grupos de obreros industriales, los sindicatos franceses y el Partido Comunista. Como resultado, tuvo lugar la mayor revuelta estudiantil y la mayor huelga general de la historia de Francia, y posiblemente de Europa, llegando a ser secundada por más de nueve millones de trabajadores simultáneamente. Su ejemplo supuso un revulsivo mundial.
.- El gobierno encabezado por Salvador Allende (11sep1970) y apoyado por la Unidad Popular, un conglomerado de partidos de la izquierda chilena, destacó tanto por el intento de establecer un camino no violento hacia un estado socialista usando medios legales –la vía chilena al socialismo–, como por proyectos como la nacionalización de la industria del cobre, la estatización de las áreas «claves» de la economía y la aceleración de la reforma agraria, en medio de la polarización política internacional de la Guerra Fría y de una grave crisis económica y financiera interna en Chile. Los tres años del gobierno de Unidad Popular fueron un foco de atracción y experiencia de la juventud mundial occidental que acudieron allí a “intentar y a aprender” que otro mundo era posible en libertad.
Su gobierno terminó mediante un golpe de Estado (dirigido por Pinochet, jefe del estado mayor militar), el 11 de septiembre de 1973 en el que participaron las tres ramas de las Fuerzas Armadas y el cuerpo de Carabineros, tres años antes del fin de su mandato democrático constitucional. Ese mismo día, luego de que el Palacio de La Moneda (sede del gobierno) fuese bombardeado por aviones y tanques, Allende se suicidó (según la versión oficial). También pudimos verlo por la televisión analizarlo y leerlo a través de la prensa clandestina que circulaba en España de “mano en mano” o en la trastienda de determinadas librerías de esa época.
.- Mientras, en España, se habían estado produciendo diversos acontecimientos, como el “proceso de Burgos” -iniciado el 3 de diciembre de 1970. . En diciembre de 1970, el general Franco contaba ya con 78 años de edad, sufría párkinson desde hacía diez y su vitalidad ostensiblemente iba en decadencia. En 1967 había situado al almirante Luis Carrero Blanco en la vicepresidencia y como primer ministro de hecho, pretendiendo asegurarse el continuismo de la dictadura; y en julio de 1969 Juan Carlos de Borbón fue designado sucesor en la Jefatura del Estado a título de Rey, prestando juramento en las Cortes de lealtad a Franco, a los Principios del Movimiento y a las leyes fundamentales del Estado franquista.
.- El proceso 1001/72 del famoso Tribunal de Orden Público tuvo lugar durante la dictadura franquista en España, en el año 1973. Supuso el encarcelamiento preventivo de toda la dirección de las Comisiones Obreras de la época y que aún no era siquiera un sindicato organizado. El juicio tuvo lugar más de un año después, a partir del día 20 de Diciembre (jornada que coincidió con el “explosivo asesinato” del presidente del Gobierno, Luis Carrero Blanco). Cuarenta días después, el 30 de diciembre, se anunciaron las condenas cuya severidad se consideró relacionada con el asesinato de Carrero Blanco. Los diez miembros de la dirección, que serían conocidos como los diez de Carabanchel, fueron condenados a prisión. Poco después de la muerte de Franco (apenas cinco días mas tarde) los encarcelados por el Proceso 1001 fueron indultados por el Rey Juan Carlos I (25 de noviembre de 1975).
.- En marzo de 1974 se “ajustició” al “peligroso anarquista” Puig Antich sometiéndolo al garrote vil, pese a todas la presiones de clemencia procedentes de los gobiernos de las democracias occidentales y hasta del papa de Roma.
La Ley de convenios colectivos de trabajo data del año 1958. Pero comienza a tener importancia a partir de año 1962, de modo que en 1969 son ya más de 4 millones de trabajadores los que estarán afectados por convenios colectivos en España.
Son los años de un desarrollo económico y social intenso que multiplica la acción negociadora de la llamada “parte social” (enlaces sindicales y jurados de empresa más o menos electos). De esa manera el movimiento obrero comienza a resurgir y, por ende, también el activismo político aunque de manera clandestina e infiltrándose en la propia Organización Sindical Española (OSE) verticalista. En muchos casos en el entorno de despachos laboralistas progresistas. Son también años de huelgas y protestas para poder forzar a los patronos a la negociación y poder pactar las condiciones de trabajo. Paralelamente en los ámbitos educativos, institutos y universidades, también crecía la protesta y las reivindicaciones.
Así, también aumenta la represión, las cargas a caballo contra los estudiantes y/o los trabajadores en manifestación y se crea el Tribunal de Orden Publico. Llegándose a implantar el “estado de excepción” hasta en tres ocasiones entre 1968 y 1970.
Desde comienzos de la década de los sesenta y hasta 1975 se produjo un alza en la conflictividad laboral, con diversas oscilaciones en función de la negociación colectiva y de los efectos de la represión. En los meses de abril y mayo de 1962 las huelgas fueron numerosas, afectando de forma especial a la minería asturiana, y extendiéndose a numerosas otras cuencas mineras de nuestro país. También hubo paros en las industrias del metal de Vizcaya, Guipúzcoa, Madrid y Barcelona. Y hasta llegó a generalizarse en sectores manufactureros como Elche o Elda, hacia la segunda parte de la década de los setenta.
Durante el trascurso de esos años va produciéndose una intensa actividad del movimiento obrero clandestino en el interior del país y esporádicos contactos con las organizaciones políticas y sindicales exiliadas en el exterior.
En ese contexto resurge el clandestino movimiento socialista en el interior y se inicia un intento de renovación que nos llevó hasta el Congreso de Suresnes en 1974.
Antes se había celebrado el XI Congreso de la UGT en el exilio (Toulouse, 1971) que supuso el triunfo de las tesis del sector renovador del interior sobre las del exilio y resultó elegido Nicolás Redondo como secretario general del sindicato. El PSOE celebró su XII Congreso en el exilio también en la ciudad francesa de Toulouse con asistencia de delegados del interior en agosto de 1972. En el mismo se desplazó de la Dirección a Rodolfo Llopis. Este se negó a acertarlo y provocó la ruptura en dos sectores: El PSOE-H (histórico), que siguió estando encabezado por Llopis, y el PSOE Renovado cuya Dirección se encomendó a una comisión colegiada en el interior del país y que volvió a convocar otro Congreso en el exilio para 1974: El Congreso de Suresnes (Francia), que se celebró entre los días 11 al 13 de octubre, y en el que un pacto entre el núcleo socialista andaluz y el vasco significo la elección de Felipe González como Primer Secretario.
Y LLEGÓ EL MOMENTO
El 20 de Noviembre de 1975, el presidente del gobierno (Arias Navarro) apareció en la televisión para, en una breve intervención, anunciar el fallecimiento del Jefe del Estado: “Españoles, Franco ha muerto”.